El lebrel escocés, un perro criado para cazar ciervos que no es aconsejable para cualquiera

  • Aunque inicialmente puede confundirse con el lobero irlandés, es más pequeño, más esbelto y más peludo.
El color más popular es el gris en toda su gama, pero el estándar admite también tonos leonados y amarillos, rojos arena o rojos fuego.
El color más popular es el gris en toda su gama, pero el estándar admite también tonos leonados y amarillos, rojos arena o rojos fuego.
20minutos
El color más popular es el gris en toda su gama, pero el estándar admite también tonos leonados y amarillos, rojos arena o rojos fuego.

El lebrel escocés, más conocido por su nombre original, deerhound, es uno de los lebreles cuyo origen está en las islas británicas, junto al galgo inglés, el lobero irlandés o irish wolfhound y el whippet.

El origen de esta raza canina es tan antiguo que se encuentra sumido en el misterio. Representaciones muy fieles de lo que parecen lebreles escoceses están talladas en piedras pictas de hace más de 1.200 años. De hecho, tal como recoge la Federación Cinológica Internacional, hay razones para creer que este perro de caza de ciervos fue introducido por los fenicios.

Se trata de uno de los perros más altos del mundo, y en el grupo de lebreles, solo por detrás del imbatible lobero irlandés. Anatómicamente, el entorno hostil de las Tierras Altas escocesas ha moldeado a este majestuoso animal, dotándolo de huesos grandes, velocidad y gran resistencia. Su coraje y sus habilidades los convirtieron en un símbolo de estatus y una de las razas caninas más frecuentes entre los clanes escoceses. Tras la desaparición de este sistema de clanes, fueron los terratenientes y la nobleza inglesa quienes comenzaron a criarlos para la caza deportiva.

En el siglo XIX, pocos eran los deerhounds que se utilizaban para su función original, y la raza se hizo más popular en los rings de exposición. Está documentado, no obstante, que el lebrel escocés está detrás de la creación del galgo australiano, usado para la caza de canguros.

Leales, exigentes y afectuosos

El lebrel escocés no demanda enormes superficies para correr, pero sí necesita mucho ejercicio diario. Este es el primer requisito que debe cumplir quien desee compartir su vida con un deerhound, y asumir que deberá dedicar varias horas al día a actividades al aire libre para mantener al perro en excelentes condiciones físicas y psicológicas. Dicho de otra forma, y tal como recalcan desde el club americano de la raza: “este no es un perro que se conforme con un paseo diario con correa por el barrio de una ciudad”.

En la convivencia, es un perro noble, cariñoso con los miembros de su núcleo familiar, muy apacible y tolerante con otros perros y animales presentes. Sin embargo, se advierte que el lebrel escocés tiene un juego muy brusco, con gran uso de las patas, por lo que se recomienda mantener una supervisión constante y tener especial cuidado ante la presencia de niños y bebés.

En cuanto a la educación, son dóciles y obedientes, con mucha predisposición a complacer. El mantenimiento de su pelo grueso, desgreñado y áspero, es mínimo, basta con un cepillado mensual para ayudar con las mudas. Se ha hallado que hay una alta prevalencia de cardiopatías hereditarias entre lebreles escoceses, siendo las enfermedades del corazón la causa más común de muerte entre la raza.

Para ampliar información sobre el lebrel escocés, se puede consultar al Club Español de Galgos Afganos, Salukis y Demás Lebreles Extranjeros (CEGAS y DLE), entidad colaboradora de la Real Sociedad Canina de España.

Si optamos por la la adopción responsable, presentamos al adorable Mandarín, que “aunque no lo parezca tiene 8 años, pero como si fuesen 8 meses”. Mandarín necesita a un guía que le preste atención y le ayude a quemar la energía y las ganas de jugar que aún conserva.

Vanessa M. Clavijo
Divulgadora

Empecé Antropología Social y Cultural, tengo el certificado profesional del curso de técnica en gestión medioambiental, el curso “The Truth about Dogs and Cats” de la universidad de Edimburgo y el curso “Capacitación social en educación canina, tenencia responsable y gestión del bienestar animal” de la UNED. Colaboro escribiendo sobre animales en '20minutos', 'Etología Canina' y para la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos. He criado con responsabilidad gatos y perros, he sido asistente de tiendas de animales y auxiliar de peluquería canina y felina y me he dedicado a la gestión, atención y mantenimiento de especies animales e instalaciones en núcleos zoológicos.

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